la perla

sentada en un pub neerlandés con los ojos hundidos en una mirada profunda, se mueve lentamente hacia delante enseñando la perla y una sonrisa, imagínate la sonrisa y deja que te hipnotice la perla.

the pearl - terence doherty - copyright 2010

me ha hipnotizado por lo menos un par de veces.

no me lo creo: cuento corto

un cuento corto, y un poco de juego.

un borges nublado (beginning)

borges convirtió la narrativa argentina en narrativa académica, en la que la aplicación de teorías científicas, o seudocientíficas ocupa el lugar primario en la creación de los cuentos, triunfando tristemente sobre la relación del cuento. un viejo profesor me dijo en un par de ocasiones que "borges era un imbécil con su cabeza perdida en las nubes..." esta teoría y su aplicación formaba lentamente esta nublada que llegó a cubrir los ojos, dejándolo tuerto. rodeado de las nubes de pensamientos convertidos en cuentos, cada palabra medida como el producto de cada gota de mercurio, luego un producto de buena ornamentación.

no había mucha creación en sí, la repetición repetitiva de laberintos y

...etc

sin senda

me parece que este camino se ha parado por lo menos un par de momentos así que para animar al autor voy a escribir un poco hoy día y a ver si le da ánimo

desde fuera

si me muero, espero que tomen mis apuntes

y intenten hacer con ellos el libro inadecuado

si desaparezco, espero que busquen en la memoria

una canción mía y la toquen mejor que nunca

si dejo de funcionar como dios manda,

que me encuentren una función mínima

si escribo, espero que me ignoren todo

para no tener que olvidar palabras olvidables

si esto es todo, espero que alguien haya hallado

algo más de lo que haya descubierto yo.

anda ya tío, no pierdas más tiempo.

la helada

el calor de su aliento se ha difundido

y mi nombre fue buscando su libertad;

la condensación del vapor fue la esperanza

y fue la primera escarcha lo que me soltó.

tanto tiempo preso en la voz alejada

que casi se me olvidó

qué buena sensación caerme encima

de una rosa libre de su espina picadora.

y se despertó...¿?

acabo de terminar un cuento que se basa en la muerte de mi abuela.

fin de entrada

me quita la autoridad

hace mucho que no escribo pero no es por falta de pensamientos, ni penas, ni felicidades, ni dolores - todos vienen a la vida casi a diaria - sino más bien por la falta de algo que compartir. dudo cada vez más compartir de los sentimientos más íntimos a través de la escritura. si podemos hablar de la obra como propiedad de la gente porque ha muerto el autor, entonces, por ser tan desconocido en el mundo digital, ya no existe la posibilidad de que alguien me busque para re-añadir el autor a la obra; en este caso, volverme a mí a la escritura propia. si mi escritura es mi identidad, compartiendo mis pensamientos con el mundo, y pierdo la autoridad al soltarlos en la escritura, no sería mejor dejarlos muertos dentro de mi ser para mantener la autoridad, o el derecho de propiedad. no hablo de los derechos como el concepto legal, más bien el concepto de control sobre los efectos de la propiedad sobre la gente. resulta medio gracioso que compartir te quita el poder sobre lo que quieres compartir, y aún más, regala el poder a los que, a veces, no quieres que lo tengan.

soy transeúnte olvidable

Ya me he pasado, de nuevo aquí sin darme cuenta

por el camino que nunca he pisado,

pero él que he cruzado unas cuantas veces

innumerables e irremediables.

Nunca te he visto por aquí las tantas veces

que ya no recuerdo de mi pasado,

olvidable entonces e imprescindible

desde ahora en adelante.

Mañana vuelvo a la casa que no tengo

y que pasa mañana ya no tendré.

Por eso sigo buscándome en el camino

donde nunca he pisado y espero encontrarme.

estructura de la memoria

es como si fuera siempre allí: lo que iba pensando desde hace tiempo me estaba esperando el momento adecuado para salir de su sombra, con un poco de ayuda de una profesora mía de buena gente y inteligencia. Benedetti, en su obra Primavera con una esquina rota me ofreció su versión de la estructura de la muerte y los efectos de un momento desproporcionado de trauma. cada quien tiene su medida o capacidad de soportar estrés o trauma en la estructura mental en que se coloca cada ladrillo de recuerdo, experiencia, conocimiento, etc. lo difícil es cuando llegue el momento de un cambio tan brusco que empieza a desplazar los ladrillos más importantes de todos, los de las esquinas que soportan la estructura entera. es del momento del terremoto emocional que habla el genio uruguayo y la importancia de empezar a reconstruir, en este caso, un pueblo, o una ciudad, o un país:

Quizá tenga razón. Todo este terremoto nos ha dejado rengos, incompletos, parcialmente vacío, insomnes. Nunca vamos a ser los de antes. Mejores o peores, cada uno lo sabrá. Po dentro, y a veces por fuera, nos pasó una tormenta, un vendaval, y esta calma de ahora tiene árboles caídos, techos desmoronados, azoteas sin antenas, escombros, muchos escombros. Tenemos que reconstruirnos, claro: plantar nuevos árboles, pero tal vez no consigamos en el vivero los mismos tallitos, las mismas semillas. Levantar nuevas casa, estupendo, pero ¿será bueno que el arquitecto se limite a reproducir fielmente el plano anterior, o será infinitamente mejor que repiense el problema y dibuje un nuevo plano, en el que se contemplen nuestras necesidades actuales? Quitar los escombros, dentro de lo posible; porque también habrá escombros que nadie podrá quitar del corazón y de la memoria.

el plano nuevo habrá que reflejar el cambio en las piezas, las necesidades, y los conocimientos del pueblo.

es algo que empieza aquí

El frío de la ausencia cuenta todo:
los besos a la sombra se quedan sin respuesta,
su piel de sábanas blancas aceptan / vacilan
las caricias de mano temblante e insegura

un vacío al lado en la cama pequeña
se acerca más al centro de los sueños
y el latido sigue con más debilidad, menos fuerza
pero sigue bombeando, y sigue bombeando, y sigue.

etc.

A tope. Bueno, por allí voy los últimos días con casi todo. A tope. Estoy trabajando en un proyecto de retratos experimentando con la idea de arte como medio y filtro para poder trabajar de cosas demasiado cercanas, o emocionalmente o físicamente. En cuanto tenga el primer paso, pondré un par de fotos aquí. No quiere decir que estarán algún día... solo que la idea existe.

queda el recuerdo

lo que queda como recuerdo

se convierte en la puta musa
que anda por la pesadilla despierta

vestida de sombra encandelada

la vela se aleja flotando

con la corriente del agua

amarga

pasando sobre el cabello mojado

del fantasma de la hierba del mar

mareas vienen y van sin la luna

- la luz de pequeña llama nocturna -

que se despide de la arena dura

dejando a la musa de salitre desnuda.

atocha llegada

dolorosamente llegamos a la tranquilidad que es madrid después de una charla sobre, la memoria. demasiadas cosas volando para poder capturarlas todas, pero seguro que una surgirá... apenas oigo el ruido de el paseo de las delicias con todo el ruido propio y silencioso. la memoria está de obras otra vez, los ladrillos parecen carecer cimientos: hay que poner cimientos...

El fantasma por olvido

Como ya he dicho,
las preocupaciones no paran
para darme un alivio primaveral,
sobre todo,
mientras caigan las lluvias frías
del invierno infernal
que mojan hasta el alma,
con su permeable y débil felicidad.

El abrigo no basta,
y los cambios del sentido del viento helado
me obligan guardar el paraguas inútil
hasta que pase el tiempo.

No queda más esperanza
que dudar una duración larga;
el sol saldrá de las nubes,
y calentará primero, mis pies,
y luego llegará al fantasma.

imagen

empieza con la imagen

un plumo de humo subiendo del puro

un tipo, bien vinculado al margen

una copa llena del vacío y un poco de licor

una sonrisa desequilibrada y sin fondo

una mirada hacia un lado, también ocupado

dos ojos unidos de los cuatro de mirada

dos pasos inseguros y el lado desocupado

dos palabras bastan, un par sin duda siguen

frases deshechas y desarraigadas fluyen

un lado re-ocupado y una sonrisa desequilibrada.

blanco y negro

El autor advierte que blanco y negro tiene la intención de un recuerdo fotográfico. - casi Lorca

blanco y negro

Viniendo del centro del pueblo universitario por la calle hecha de piedras y medio antigua los ojos cruzan justo enfrente del salón de tatuajes. A seis metros de la puerta a continuación hacia las afueras la vía pequeña las piedras lentamente da paso a asfalto perfecto y plano. No hay luces brillantes advirtiendo su ubicación humilde, pero tampoco hace falta porque lleva años en el mismo lugar según el recuerdo colectivo de los lugareños del pueblo y según el cartel fotográfico fijado en la ventana que mira hacia la calle. El hecho de que nadie se pueda acordar de la fecha exacta de la inauguración del salón no es algo que les afecte demasiado; acentúa la sensación de que se ha perdido en la maraña del tiempo porque no hay ni un recuerdo del cartel con su blanco y negro, entonces vivo.

Bajo el mismo cartel envejecido y la misma ventana está expuesta, casi como la luz innecesaria, la moto de siempre; negra y cromada, las llaves puestas como si no existiera ninguna peligro de robo, el cromo oxidado que intenta esconderse bajo el cuero roto y descolorido que respira humo de gasolina. La sombra de la moto desaparece por la noche y reaparece antes de que pasen los ojos vivos, sin el ruido que suelen hacer las motos americanas, sin que nadie se dé cuenta.

Mirando a la derecha del salón, hacia el centro del pueblo se extiende las ramas del arce, su sangre ruborizada oculta el horizonte al cruzarse con los brazos del peral prestando su realeza; a la izquierda el Cottonwood desnudo comparte su soledad.

Los ojos vuelven a la pequeña casa, dentro de las paredes hechas de ladrillo, la puerta de madera relumbra oscuramente con un sol madrugador de cristal claro, sus rayos de peltre extendiendo hacia las nubes: el porche en arco guardando la entrada del mundo interior.

besos de Buitrago


Emociones que andan perdidas
entre euforia y depresión -
no encuentran por dónde parar,
ni saben para dónde volar -
buscan su seno y tormento y
aparecen en la misma,
la misma que agita a todo;
el agua, el aire y tierra,
pero más que nada, el fuego.




how flighting was the euforia for which we fought.